Aquellos que miran con cinismo la ética médica tradicional ignoran la realidad ética vivida que es todavía parte de la práctica médica cotidiana; de hecho, una moralidad objetiva del análisis del acto y de la creación de la regla no tiene en cuenta mucho de lo que sucede en medicina.
Muchos de los médicos modernos pueden identificar muy bien el espíritu de los códigos profesionales tradicionales con una ética vivida, o con las virtudes tradicionales de los médicos más antiguos.
El buen médico tiene que saber que aún después de que la formación médica termina, la preparación ética continua en forma ligeramente diferente; por lo tanto, ciertas virtudes médicas se cultivas mediante fuertes sanciones de grupo contra las bajas deficiencias de carácter, y si los médicos atienden mal a sus pacientes, o propician alguna deficiencia de su imagen profesional ante el publico, se censuraran en forma sutil o severa, según sea el caso.
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